Pasamos a un sólo dígito. Útimo viernes sin nazarenos en la calle. La semana que viene a estas horas andarán los niños soñando con vacaciones y barrios que son ciudades lo harán con sus días grandes. Si no te encuentras entre sus vecinos allí hay que ir, hay que estar. De norte a sur. Habrá atascos en la SE30. Y en muchas arterias por donde fluye la sangre de la espera los latidos empezaran a marcar lo que ya no tiene vuelta atrás.
Te queda una semana que da para mucho. Puedes empezar por un buen abrazo o una llamada telefónica a ese amigo del que hace tiempo no sabes nada. Sumando.
Es una forma de entender humildemente lo de las vigilias y restricciones cuaresmales. Quitándonos prejuicios y abriendo los brazos. Y mejor llama ahora que pa luego es tarde.
encuarentena 